Kendra Smith tiene una voz atronadora. No importa la formación en que la escuches, en todas vas a notar su presencia, expresión, su timbre y melodía. Con los instrumentos al igual que con su voz hace lo mismo, juega, deambula, talla su sonido y le da su onda, deja fluir a sus compañeros, comparte, crea juegos musicales, se siente cómoda. Así se la imagina uno. Así se la escucha. Sus raíces me arrastraron hasta un grupo de músicos rotos, sucios y después del punk The Dream Syndicate y de ahí no salí. No me dio el cuero. Kendra Smith se bañó musicalmente en punk. Se calzó el bajo, pegó una par de vueltas de manzanas por el barrio, buscó a unos fisuras que le convidaron fuego y ahí, con esos nuevos amigos, bajo las hojas del otoño formó su primera banda: The Suspect. Pero Kendra dejaría la banda para formar y salir a romper todo con The Dream Syndicate (1981), con los cuales irrumpieron en The Paisley Underground, la nueva escena de la costa oeste. Pero los años salvajes empezarían a muta